Dónde se fué aquel castillo,
de una princesa encantada.
Donde guardaba sus sueños,
y es pizca de esperanza.
Dónde se perdió el destino,
de esa niña ilusionada,
con príncipes encantados,
que protegian su alma.
Dónde guardó los hechizos,
que mil paisajes pintaban.
Dónde la magia de libros,
con duendes, magos y hadas.
Dónde perdió la sonrisa,
dónde se quedó varada.
Que ya no ha vuelto a ser niña.
Y hoy es un alma, cansada.
-Melancolía-