El tiempo deja la rosa,
más hermosa en el olvido.
Marchitada entre las sombras,
donde solo siente frío.
Sus pétalos languidecen,
pierden su suave vestido.
Y tornan su dulce tacto,
en áspero y envejecido.
El tiempo deja la rosa,
más fragante en el repudio.
Dejando morir su aroma,
y el candor que ha poseído.
Poco a poco se transforma,
en el más cruel espino.
Produciéndose a sí misma,
el peor de los castigos.
-Melancolía-
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