Se me pierde la mirada,
buscando algún incentivo.
Un gesto, una palabra,
que pueda darme un sentido.
Se alargan las madrugadas.
Los días se tornan fríos.
Y sigo sin hallar la calma,
que tanto tiempo he querido.
Se abren heridas y llagas,
sobre mi rostro vencido.
Mi pecho ya no palpita.
Mi pensamiento es olvido.
Que angustia no sentir nada,
que triste saber que vivo.
Cuando la vida es amarga,
y vivir, es un castigo.
-Melancolía-