Sentir el dulce susurro,
de tu voz entre suspiros.
Que emanan de sentimientos,
de la pasión y el delirio.
Sentir el calor profundo,
de tu piel y tus latidos.
Cuando siento que me abrazas.
Cuando me duermo contigo.
Sentir el sabor intenso,
de esos labios prohibidos.
Esos que llenan mi boca,
de los más bellos caprichos.
Sentir que empieza la vida,
cuando te siento conmigo.
Y muere cuando te marchas,
dejando un inmenso frío.
de tu voz entre suspiros.
Que emanan de sentimientos,
de la pasión y el delirio.
Sentir el calor profundo,
de tu piel y tus latidos.
Cuando siento que me abrazas.
Cuando me duermo contigo.
Sentir el sabor intenso,
de esos labios prohibidos.
Esos que llenan mi boca,
de los más bellos caprichos.
Sentir que empieza la vida,
cuando te siento conmigo.
Y muere cuando te marchas,
dejando un inmenso frío.
Hay un sabor de sol salado, aromas de pino y sombra, dulzura de aire puro en tu escrito. Tu inspiración sigue en una instancia literaria más bién excelente. Leerte es situarse en los paisajes oníricos más bellos. Reitero, perfecto escribes.
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